Nacido en Menorca, y habiendo vivido la mayor parte de su vida en Reino Unido, Ian Pons Jewell se asentó hace un par de años (casi sin proponérselo) en Bolivia. Allí ha filmado tres de sus videoclips más populares. Uno de ellos, «Naughty Boy – La La La», con más de 350 millones de reproducciones en Youtube. Considerado “uno de los mejores directores de videoclips de hoy en dia” según el prestigioso “Bug Music Video Show”.
Tu videoclip «La la la» fue uno de los temas con más vistas en Youtube en 2013 ¿Cómo cambia la carrera de un director después de un super éxito viral como este?
Creo que depende mucho del vídeo. El número de views en Youtube no significan necesariamente nada. Por ejemplo, «Diamonds», el vídeo de Rihanna, fue uno de los 3 videos más vistos del año pasado. El vídeo está muy pulido, con una imagen hermosa, pero no tiene mucha narrativa. Ese videoclip seguro que le ha proporcionado al director mucho más trabajo «comercial». Creo que con «La La La», el número de views se debió a que se convirtió en viral. La música fue un gran éxito, pero la narrativa también capturó la imaginación de la gente. El video causó una gran tormenta en Internet, la gente se volvió loca tratando de «entender» el vídeo y discutiendo teorías sobre el significado de las imágenes.

Todo esto me ha hecho destacar como director dentro del mundo del videoclip, pero no es un exito que se traduce de forma literal a nivel comercial. Creo que «La la la» es un videoclip bien filmado, pero no es exactamente de naturaleza «comercial». La historia que cuenta es muy extraña, sugiriendo incluso temas arriesgados como el sacrificio de niños. Así que mi opinión es, que entre los videos más vistos del año pasado, hay una gran diferencia en el efecto que habrán tenido en cada director en función de la naturaleza del propio videoclip.
Respondiendo a la pregunta, creo que en definitiva si me ha ayudado mucho para empujar mi carrera, pero sobre todo, y lo que es más importante, me ha ayudado para convencerme aún más de que el surrealismo tiene una gran aceptación. Me frusta mucho el término «comercial» cuando se habla de ideas. O el término «mainstream». El videoclip de «La La La», para mí, es una prueba de que la «mainstream» quiere y necesita ser mucho más valiente y surrealista.
¿Qué crees que es lo que más valora un músico a la hora de elegir el realizador que dirija su videoclip?
Depende del artista en cuestión. Te envían la música y, a continuación, debes escribir un guion para esa canción. La compañía, el artista y el representante discuten sobre los guiones y eligen uno. Cuando te envían el track, también te pasan un brief. Este brief habla de lo quiere el artista, ya sea una idea muy específica o algo muy vago. Tal vez quieren verse tocando o quieren asegurarse de que utilizas un determinado símbolo, personaje o historia. Por lo general sólo escribo sobre briefs bien abiertos conceptualmente, ya que no me interesa mucho filmar simplemente al artista tocando.
Lo más importante es interiorizar la canción y encontrar un elemento visual que conecte con ella. Los mejores videoclips hacen que las canciones suenen mejor, es una cosa muy extraña. A menudo escuchas una canción y simplemente te gusta, pero luego ves el video y si es muy bueno, la próxima vez que escuches la canción te parecerá mucho mejor. Los videoclips permiten crear todo un mundo en torno a la música, que hace que esté presente en tu mente incluso cuando simplemente escuchas la canción sin estar viendo el videoclip. Es un poco como cuando te vas de vacaiones y escuchas mucho el mismo disco, una vez que estás de vuelta y lo escuchas, irremediablemente te recuerda a tus vacaciones y te hace recordar ciertas sensaciones. Un videoclip hace esto, crea un mundo, un viaje, conectado a la música, que se quedará contigo para siempre si el videoclip es bueno.
Varios de tus trabajos les has filmado en Bolivia ¿Por qué decidiste ir allí?
La culpable de terminar en Bolivia fue mi amiga Luisa Gerstein. Ella es la cantante de Landshapes y de ella fue la idea de filmar un videoclip en el entorno de la «Cholita Luchadoras» de El Alto. Todo fue una extraña coincidencia. Mi plan era ir a pasar dos meses a Buenos Aires. Cuando se presentó la oportunidad, pensé que se trataría simplemente de un pequeño viaje desde Buenos Aires a Bolivia para trabajar en su videoclip. Cuando llegué, nos reunimos y nos alojamos en el mismo lugar y escribimos el guion juntos. Y fue durante la producción cuando empecé a enamorarme de Bolivia. Tenía algo especial, algo que no me trasmitía Buenos Aires. Después de filmar el video, no dejaba de postergar mi regreso a Buenos Aires, al final, este «pequeño viaje» se convirtió en muchos meses y Bolivia se convirtió en mi segundo hogar. Durante mi estancia allí me fueron llegando más canciones y más artistas interesados en tener su videoclip filmado en este país mágico, así que por eso también me quedé.
¿Cuál fue el mayor reto que tuviste que afrontar a la hora de armar tu producción en Bolivia?
Bolivia presenta muchos retos diferentes en comparación con otros lugares. Pero creo que los pros y los contras se equilibran a fin de cuentas. Por un lado son mucho más baratos los costos de producción y es fácil conseguir permiso para filmar en cualquier localización. Pero por otro lado tienes menos acceso a buenos equipos de alquiler y no están muy bien conectados a través de Internet. Y esto es importante. En Inglaterra por ejemplo, Internet permite a un productor organizar la mayor parte de la producción de todo un vídeo desde su dormitorio. Puedes hacer castings en línea, búsquedas de localizaciones en línea, contratar a tu crew en línea, etc.
En Bolivia tienes que llamar por teléfono, conocer gente, hablar con los responsables de lugares que nunca han acogido un rodaje en su interior, etc. Pero yo realmente prefiero esto. Las relaciones humanas son mucho más valiosas, aunque eso si, las cosas pueden tardar un poco más. El mayor desafío, sin embargo, creo que está en el casting. No hay ningún tipo de «archivo online» de actores, los actores no suelen tener un showreel, y la única manera de encontrar a los mejores es a través de un productor que tenga una lista de contactos grande. Esas «listas de actores» son algo muy valioso que nadie comparte fácilmente, ya que su valor como productor disminuiría.
Siempre es difícil poner un precio porque cada proyecto es diferente. Pero desde tu experiencia, ¿qué tipo de presupuestos se manejan a la hora de realizar un videoclip como «La la la»?
Bueno, sí, los presupuestos varían mucho. Para «La La La» por ejemplo, tenía originalmente un presupuesto de 25.000 libras, pero hubo que invertir otras 7.000 libras más para poder traer una Alexa desde Londres, ya que no hay ninguna en Bolivia. El más reciente que he hecho para Naughty boy fue de 50.000 libras, pero el que hice para Pearls Negras fue de 1000 libras. El de Cold Specks fue de 20.000 libras. Los presupuestos de un video a otro varían un montón. Ahora estoy preparando algunos videoclips que van a costar desde 7.000 a 60.000 libras. Para los grandes artistas puedes llegar a contar con presupuestos de 100.000 libras. Cuando empecé, hacia videoclips de forma altruista, sin ningún presupuesto, con el fin de ir armando mi reel. Trabajé de forma gratuita haciendo vídeos musicales durante 5 años, y trataba de ganar dinero de otras cosas como videos de boda o videos corporativos.
Recientemente has estado en Nueva York grabando el clip de «Home» el nuevo tema de Naughty Boy. ¿Cómo fue tu experiencia filmando en USA?
¡Fue increíble! Era la primera vez que visitaba Nueva York, así que fue muy emocionante ir a trabajar. Realmente no me gusta irme de vacaciones, siempre tengo que estar haciendo algo, así que fue una manera maravillosa de conocer Nueva York y trabajar con «Residency Content», mis representantes allí. Fue gracioso porque el video trata de un perro perdido en esa gran ciudad, que en cierto modo era un poco la experiencia que yo estaba viviendo. Nueva York tiene algo que la hace especial a la hora de rodar. Sé que LA es muy diferente en términos de producción. Lo bueno de Nueva York, es que puedes realizar varios cambios de localizaciones en un solo día. En nuestro caso ¡ teníamos cinco localizaciones diferentes ! Eso habría sido imposible si hubiésemos querido filmar todo el material en un solo día en Los Ángeles, por ejemplo.
Como director publicitario, destaca tu campaña para Adidas con motivo de las Olimpiadas de Londres 2012. ¿Qué es lo que más te atrae del cine publicitario?
Creo que lo que más me atrae de la publicidad es el dinero, pero no en términos de mis honorarios, me refiero a los presupuestos de las filmaciones. Para el proyecto de Adidas en realidad contábamos con un presupuesto muy bajo, pero por ejemplo lo último que he hecho para Lebara Mobile, fue con un presupuesto bastante bueno. Esto significa que tenía todo lo que necesitaba, lo rodamos en dos días, conté con un gran crew y un montón de equipos. Fue increíble poder trabajar de una manera más tranquila, en comparación con los videoclips, que siempre son muy ambiciosos pero tienen presupuestos más bajos y suelen implicar un trabajo muy arduo.
La publicidad me permite jugar con las técnicas, ser más ambiciosos técnicamente, y, por supuesto, es una buena manera de ganarme la vida, mientras sigo haciendo videoclips donde no me pagan muy bien. También me encantó el proceso de trabajar con los creativos, desde sus guiones. Cuando se trata de un video musical, yo escribo el guion. En la publicidad, recibo un guion escrito por los creativos, y luego mi trabajo es tratar de sacarle una vuelta. Me parece un proceso super interesante ver cómo una idea prospera a partir del guion de otra persona.