Tal y como señalan en una nota de prensa, el anfiteatro de Casa de América acogió el pasado miercoles el encuentro “Producción independiente, motor de crecimiento”, organizado por la Asociación PATE, que agrupa a 40 productoras independientes de televisión y cine de España concentrando un porcentaje mayoritario de la producción televisiva y cinematográfica que se desarrolla en nuestro país, tanto en formatos de ficción como en los de no ficción y entretenimiento, empleando a más de 20.000 profesionales del sector.
El presidente de PATE, José Manuel Lorenzo, en su intervención fue desgranando la importancia del productor independiente como motor de la industria audiovisual, que desde su punto de vista debe asumir el papel dual de creador y empresario, y enfrentarse a un sector cambiante que se ha visto alterado por la irrupción de las plataformas OTT. Unas plataformas que, con sus producciones originales, por un lado ofrecen grandes oportunidades de negocio a los productores pero tambien han supuesto la perdida de algunos beneficios como el de las reemisiones en segunda ventana, sin primas de éxito asociadas a las métricas en los distintos países donde se emiten o sin royalties por reproducción.
En este sentido, José Manuel Lorenzo, abordó las diferencias entre cómo entienden los norteamericanos el pago a productores/creadores versus cómo se hace en Europa: “esperemos que la transposición de la directiva 2019/790 sobre derechos de autor, ponga alguna limitación a este desajuste y permita una mejor redistribución de la riqueza, que entre todos generamos, permitiendo al productor recuperar parte de los derechos sobre las producciones. Solo pedimos encontrar un punto de equilibrio que permita seguir fortaleciendo el sector de la producción en español. Buscamos una relación entre operadoras y productores independientes/creadores más equitativa y transparente”.
Dentro de Europa también cabe mencionar las diferencias regulatorias entre España y países como Francia e Italia, que suelen tener una protección mayor hacia sus productores audiovisuales, lo que las hace más fuertes en un entorno global. José Manuel Lorenzo se preguntó el por qué a las empresas productoras españolas, tan valoradas internacionalmente, les cuesta tanto crecer en otros mercados. Y en esa línea abogó para que las ayudas directas o indirectas vayan a los productores independientes con el fin de garantizar “la independencia empresarial y la propiedad intelectual, el principal activo y por supuesto la reversión de los derechos permitiría garantizar la mejora de la explotación de los contenidos y la independencia económica”.
Apeló a que las instituciones y la administración tengan valentía para regular y defender los intereses de muchos empresarios frente a unos pocos gigantes audiovisuales, de los que quieren ser socios, pero sin perjudicar el sector y los intereses de futuro. Y añadió: “se debe legislar para proteger una industria estratégica esencial, motivo de crecimiento de una España que debe recuperar su influencia en el mundo”.
Además animó a que los legisladores y políticos establezcan unas reglas del juego para proteger a una industria cultural como esta, poniendo en marcha una ley de propiedad intelectual que reconozca al productor independiente como propietario de los contenidos que cree, una legislación fiscal que ayude a desarrollar las empresas con un cierto equilibrio con las grandes multinacionales, y una ley de Cine que haga que el séptimo arte sea un espacio cultural con vida propia y sea rentable.