Al final del año pasado renuncié a mi puesto de trabajo como productor ejecutivo en la productora audiovisual donde había trabajado los últimos años. En términos generales estaba contento en mi trabajo, sin embargo diversas circunstancias personales y algunos cambios internos que se produjeron en la empresa, me motivaron a tomarme un respiro y hacer balance. Me pregunté si realmente estaba en el lugar donde quería estar. Me pregunté si estaba en el lugar correcto que me iba a permitir seguir creciendo para llegar a donde quiero llegar a nivel profesional.
Creo que una línea de carrera profesional, como todo en la vida, no solo depende de uno mismo, sino también de las circunstancias que te rodean, pero sobre todo depende de las decisiones que toma uno mismo. Y como estaba hecho un lio, empecé por hacer lo que siempre nos han dicho que hagamos pero que no siempre hacemos. Cerré los ojos y me imaginé a mí mismo dentro de 10 años. ¿Cómo era ese Rodri del futuro? ¿En qué tipo de empresa trabajaba? ¿Qué tipo de responsabilidades tenia? ¿Cómo era su día a día?
La imagen que me vino a la mente fue la de un joven ejecutivo de una gran empresa audiovisual, internacional y muy digital, reconocido por los profesionales de su sector, que en su día a día lidera un equipo poniendo en valor su experiencia en proyectos de producción audiovisual y su formación transversal en comunicación audiovisual y administración de empresas (MBA + Master en Administración de Industrias Culturales).
Y ese Rodri me gustó. No fue una sorpresa, supongo que aunque no te lo preguntes a diario, más o menos todos sabemos hacia dónde queremos ir. Obviamente ese Rodri no soy yo, todavía, pero tampoco creo que me esté imaginando nada demasiado ambicioso o inalcanzable. Creo que en términos generales voy por el buen camino, pero me di cuenta de que tenía que enderezar un poco el timón. Que quizás lo que en el fondo quería no era tanto un puesto de producción “de campo” sino más bien un puesto más “ejecutivo y de gestión”. En definitiva sentía que podía aportar mucho más de lo que la situación y la estructura de la empresa me lo permitían. Era momento de salir de la zona de confort. Era el momento de cambiar para crecer.
No fue una decisión fácil y no todo el mundo lo entendió. ¿Por qué dejas tu trabajo cuando todavía no tienes el otro? ¿No deberías esperar? La respuesta es no. Porque si esperas al final nunca cambias. Para qué seguir gastando energía en un trabajo que ya he decido dejar… pudiendo gastar esa misma energía en encontrar el trabajo que realmente quiero. Además, renunciando al trabajo y huyendo de las comodidades (de un horario laboral que te organiza el día, de un salario que sabes que llega a fin de mes, etc.) creo que te obligas realmente a espabilar, a ponerte alerta y a enfocarte. Por suerte en ese momento me lo podía permitir, y creo que ha sido una gran decisión.
Durante estos tres meses no he parado de buscar trabajo por todos lados, pero con un objetivo claro y siendo muy selectivo de qué puertas quería tocar. En nuestro sector no se publican muchas ofertas en los portales de empleo. Pero siempre hay oportunidades. Todo funciona por contactos. ¡Viva el networking! Por eso sobre todo he tratado de mandar mi CV y concretar reuniones con ejecutivos de la media docena de empresas que realmente me interesaban. Si sabes buscar, en internet puedes conseguir la dirección email de cualquiera. Yo les escribía y me presentaba. No conocía a casi ninguno, ni ellos a mí, pero la gente es más abierta de lo que te imaginas cuando eres sincero. Obviamente no les imploraba un trabajo, les explicaba mi situación, mi deseo de reorientar un poquito mi carrera, y les pedía una cita de diez minutos para juntarnos y que me pudiesen dar algún tip. Alucinantemente me contestaban y me daban cita. Gente de súper primer nivel a quienes quiero agradecer su entusiasmo por querer ayudarme. Gracias por vuestro tiempo y vuestros consejos. Y gracias también a mi familia y amigos por apoyarme en esta etapa de incertidumbres y dudas.
Esta semana, voy a empezar a trabajar. Todo llega. Objetivo conseguido. La empresa es lo que buscaba: audiovisual y muy digital, internacional y con mucho potencial. Y mi futuro puesto de trabajo es más de “perfil ejecutivo”. Eso sí, casi tres años después de llegar a Perú, toca hacer las maletas de nuevo. Aunque es una empresa peruana, mi puesto de trabajo va a estar en México DF. Nueva etapa. Además durante estos meses he descansado, he reforzado mi red de contactos, he aprovechado para leer un poco y ponerme al día con las novedades del sector, ver muchas películas pendientes, he aprobado mi certificado en “Google AdWords Publicidad en Video”, he hecho mucho deporte y por fin he conseguido aguantar corriendo los temidos 10K. Lo dicho, cambiar para crecer.
ANDRES BADRA
30/03/2016 at 14:48
Recibirte en Latina fue un verdadero placer ya que corroboramos la calidad de profesional que podríamos tener en nuestras filas. Estoy seguro que quien haya tenido la fortuna de tener la oportunidad abierta debe estar muy orgulloso e inspirado a conseguir grandes logros contigo abrodo. Mil suertes Rodrigo
Rodrigo Espinel
30/03/2016 at 15:04
Muchas gracias Andrés por todo. Estamos en contacto. Abrazo. R!
Percy Bozzeta Salvatierra
31/03/2016 at 12:36
Que noticia tan buena, fue un placer conocerte y sentir toda esa energía positiva, espero que nos encontremos nuevamente, para tomar un cafe, trabajar juntos, o batir los 10K. Muchos éxitos Rodrigo.
Rodrigo Espinel
31/03/2016 at 16:37
Muchas gracias por tu ayuda Percy !