Al menos así lo piensan desde la Federación de Cines de España (FECE), asociación empresarial que agrupa a más del 80% del mercado de espectadores de las salas de cine de nuestro país, que ha trasladado esta semana al ICAA la necesidad de establecer una ventana de exhibición de 100 días, para todas las películas que se estrenen en cines, como medida urgente y esencial para garantizar la recuperación de las salas de cine, piedra angular sobre la que se sostiene la industria cinematográfica en su conjunto.
¿Tu qué opinas? ¿Estás a favor de flexibilizar las ventanas o consideras que el futuro está en regular aun más el mercado?
Desde FECE consideran que a raíz de la pandemia y tras el cierre de los cines la ventana de exhibición cinematográfica sufrió una drástica reducción, con lanzamientos en 45 días tras su estreno en salas y hasta estrenos simultáneos, lo que ha lastrado la explotación de las películas en cartelera, creando un gran perjuicio a las salas de cine, desordenando la comunicación de sus lanzamientos y retrasando la recuperación del sector.
En su comunicado resaltan además como otro efecto negativo asociado a la reducción de la ventana la desinformación que se vierte sobre el espectador, al que se le confunde con mensajes contradictorios sobre cuándo y dónde ver las películas, lo que desde su punto de vista es uno de los principales obstáculos a la hora de conseguir la vuelta de los espectadores a las salas.
Argumentan que la explotación ordenada en ventanas genera un impacto inicial y una onda expansiva que crece gracias a este sistema, beneficiando a la industria cinematográfica en su conjunto porque las películas más taquilleras son las que posteriormente se convierten en éxitos de ventas y audiencia en los canales posteriores.

Personalmente tengo mis dudas de que este planteamiento tenga sentido realmente para todo tipo de películas. Sin duda hace más rentable la explotación de los títulos más potentes pero perjudica al cine más independiente que pasa más desapercibido por salas porque precisamente cuando llegase a la siguiente ventana ya nadie se acordaría de que tuvo un breve estreno en cines. Es más, incluso podría llegar con su imagen dañada porque una ventana obligatoria solo sirvió para subrayar que en cines no funcionó especialmente bien. Mientras que una ventana de estreno en salas flexible probablemente si sirva para encender esa llama que argumentan desde FEDE, para poner ese sello de calidad, para atraer la atención de los medios, sin importar si luego está más o menos semanas en cartelera. El resto de players lo saben y por eso presionan a los productores.
En cualquier caso, la medida solicitada por la Federación de Cines de España no es algo ajeno a la normativa europea de los países de nuestro entorno, ni a la normativa nacional, ya que la Ley del Cine incluía una ventana de 3 meses para las películas que habían recibido ayudas públicas, hasta que se derogo en el año 2015. Por su parte Francia establece una ventana de 15 meses entre el estreno en cines y su lanzamiento en streaming y la semana pasada, el senado italiano aprobó por unanimidad el requerimiento al ejecutivo para establecer una ventana de 90 días para todas las películas que se estrenen en cine, independientemente de su nacionalidad y como una medida para ayudar a los cines a salir de la crisis.
Lo que está claro es que de alguna manera habrá que proteger a las salas, un sector que da trabajo a 32.000 personas de forma directa, indirecta e inducida, generando por cada euro que los cines ingresan de forma directa, 2.67€ adicionales en la economía. La importancia de la recuperación de públicos para las salas de cine no es solo vital para la industria cinematográfica, sino qué dada la naturaleza de la actividad, es muy importante para otros sectores económicos al ejercer como dinamizador del consumo de negocios como la hostelería o los centros comerciales.
¿Se te ocurre alguna idea?