En 2013, la revista Variety definía a David Martin-Porras como uno de los diez directores españoles con más potencial del momento, y no era para menos. En los últimos años, y pese a su juventud, sus trabajos como director han triunfado en festivales de medio mundo. Aunque nació en Salamanca en 1983, desde hace años vive en Hollywood donde ha puesto en marcha su propia compañía, La Panda Productions, junto a otros diez españoles residentes en Los Ángeles. Hoy le entrevisto con motivo de la nominación de «Inside the box» a Mejor Cortometraje de Ficción en los próximos Premios Goya. Un proyecto que nació de la idea de un largometraje, «A Texas Story», que actualmente está en proceso de financiación con LA Panda Productions y Diagonal TV en coproducción.
«Inside the box» denuncia la estigmatización y criminalización que sufren los enfermos de VIH en la mayoría de los estados de Estados Unidos. ¿Cómo surge la idea de escribir el guion?
Surge de un artículo que leí en 2008. Un sin-techo seropositivo, Willie Campbell, fue arrestado en Dallas por estar bebiendo en la calle. Al forcejear con los agentes le escupió a uno de ellos en la cara. El juez consideró que su saliva era un arma mortal (en contra de la evidencia científica) y lo condenó a 35 años de cárcel por intento de asesinato. Willie sigue en la cárcel a día de hoy. El policía nunca se infectó.
El cortometraje está rodado íntegramente en California. ¿Cómo fue la filmación?
«Inside the box» está rodado en 35 mm. Queríamos darle un look cercano al western clásico, a historia de interior de EEUU como Fargo. Se rodó en dos fines de semana: las escenas dentro de la casa en un sábado y un domingo en una localización en Burbank y las escenas exteriores durante una noche en Lancaster. El principal reto fue conseguir reunir a un elenco tan profesional y coordinar su disponibilidad. Wilson Bethel, Summer Glau y Regina King son actores que trabajan en series americanas constantemente.
¿Cómo conseguiste que se interesasen por el proyecto?
Conocí a Regina en el programa de directores de televisión de ABC/Disney del que los dos formamos parte. Le invité a cenar y le puse el guión encima de la mesa. Le encantó la historia y aceptó. A Wilson ya le conocía de haber rodado «Stealing summers» con él y a Summer Glau llegamos por su agencia.
«Inside the box» es una producción de La Panda y Zentropa España ¿Con qué presupuesto contabas?
El corto se financió con una campaña de crowdfunding en la que recaudamos 14,000 dólares e inversión privada que gracias a los premios en festivales y ventas a televisiones hemos conseguido devolver con intereses. Lo más caro fueron las localizaciones, como es habitual, y la postproducción.
Tu cortometraje se estrenó en 2013 de la Semana Internacional de Cine de Valladolid y desde entonces no ha parado. Ha sido proyectado en más de 75 festivales y ha ganado más de 30 premios. ¿Qué crees que valoran más los festivales a la hora de seleccionar una pieza?
No tengo ni idea. El funcionamiento del mundo de los festivales sigue siendo un misterio para mí. Creo que depende mucho del gusto personal de los programadores. He visto cortos muy malos en festivales muy reconocidos y cortos fantásticos en festivales pequeñitos. Mi consejo a todo cortometrajista es que cuente la historia que más le apasione y que no exceda los 15 minutos porque a partir de esa duración la selección en festivales y la compra por parte de televisiones se complica.
Por cierto, ¿Para qué sirve un Goya?
El reconocimiento de tus compañeros de profesión es muy bonito, porque viene de gente que sufre tanto como tú por sacar sus películas adelante. No sé que repercusión esperar. Me gustaría que diera un empujón al largometraje en el que el corto está basado.
Llevas desde 2010 trabajando en Hollywood. Imagino que no ha sido fácil llegar hasta donde estás ahora. ¿Cómo crees que los americanos valoran el talento español?
Los americanos valoran el talento. Da igual de donde venga. Ese es uno de los factores que hace su industria muy competitiva. Ahora bien, esto es una jungla. Si quieres venir aquí, tienes que venir con una buena armadura y estar dispuesto a escuchar de todo sin que ello mine tu voluntad de hacer películas.