La Academia de Cine anunció ayer que Cate Blanchett será la primera persona de la historia que recibirá el nuevo Premio Goya Internacional, un nuevo galardón creado para «reconocer a personalidades que contribuyen al cine como arte que une culturas y espectadores de todo el mundo«.
Instituido para figuras del cine mundial, en su primera edición ha recaído en la intérprete, productora y humanista australiana por ser «una actriz que ha interpretado personajes inolvidables, que ya son parte de nuestra memoria y de nuestro presente«.
Nadie duda que Blanchett es uno de los talentos más reclamados por la industria y respetados por amantes del cine en todo el mundo gracias a una cuidada trayectoria que incluye 2 Premios Oscar –a la Mejor Actriz Protagonista por «Blue Jasmine» de Woody Allen, y a la Mejor Actriz de Reparto por «El aviador» de Martin Scorsese–; 3 Globos de Oro; 3 BAFTA; y 3 Premios del Sindicato de Actores.
¿Pero realmente necesitamos bailar el agua en una gala (de por si ya habitualmente tediosa) a un profesional extranjero (cero vinculado con España hasta la fecha) para dar nivel al evento que busca celebrar el cine español?
¿Quizás hace años? No sé. Pero desde luego ahora creo que no.
Una vez más pecamos de falta de autoestima. Maldito complejo de inferioridad. Mira que nos gusta autodescalificarnos. ¿Cuántas veces has escuchado eso de «no parece cine español»? Será cosa del carácter patrio pero sorprende una idea así precisamente ahora que nuestra industria vive una especie de época dorada con un boom de trabajo y gran reconocimiento de púbico y crítica a nivel mundial.
Supongo que una de las razones que argumentarán los impulsores de la idea es que este nuevo premio servirá para dar mayor proyección internacional a nuestros premios. Conseguir que la prensa internacional mire a Valencia el próximo 12 de febrero y seguro que la foto de Blanchett con el cabezón en la mano saldrá en muchos medios. ¿Pero a cambio de qué? De dar visibilidad a nuestros profesionales en su fiesta grande. Sobre todo a los nominados y ganadores de las categorías mal llamadas «inferiores».
Me parece injusto porque a día de hoy los cineastas españoles que trabajan delante y detrás de la cámara están – por suerte – más reconocidos que nunca y la gala de los Goya tiene que servir precisamente para seguir impulsando su carrera y darles visibilidad. Sin embargo este nuevo galardón me temo que va a conseguir lo contrario: robarles el protagonismo y sacarles de la foto. Y de paso proyectar un mensaje cutre: «Pobres cineastas españoles que tienen que llevar a una australiana triunfadora en Hollywood para que les hagamos caso«.
¿Tu cómo lo ves?