Producción de cine

12 cualidades con las que debe contar un buen productor de cine

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Tal y como recordaba Manuel Cristobal en su tesis doctoral, para Jake Eberts (productor de cintas míticas como «Carros de fuego» o «Bailando con lobos») “un verdadero productor, además hacer todas las cosas relacionadas con armar un proyecto, tiene una participación mucho más íntima con la producción real de la película, que de efecto controla. Está familiarizado con los aspectos técnicos de la producción como un director de producción, pero tiene mucha más autoridad y, además de ser responsable de las finanzas, los aspectos legales y la logística, con frecuencia está involucrado, junto al director, en los aspectos creativos de la producción”. Ahí es nada.

Por su parte, la Producers Guild of America (PGA) explica que “un productor inicia, coordina, supervisa y controla -ya sea por su propia autoridad, o sujetos a la autoridad de un empleador- todos los aspectos del proceso de la producción de una película cinematográfica y/o de televisión, incluyendo los creativos, financieros, tecnológicos y administrativos. Un productor está involucrado en todas las fases de producción de principio a fin, incluyendo la coordinación, supervisión y control del equipo artístico y técnico, con arreglo a lo dispuesto en sus convenios colectivos y sus contratos”.

¿Y quién es capaz de hacer un trabajo así? Desde luego alguien que cuente con una extraña combinación de habilidades muy variadas que le permitan tomar continuamente decisiones creativo-financieras. Entre ellas, podemos destacar las siguientes cualidades con las que debe contar un buen productor de cine:

  1. Visión creativa para conceptualizar y comprender la visión y el potencial creativo de un proyecto de película.
  2. Ojo para identificar talento, ya sea en  guionistas, directores, actores o cualquier otro miembro destacados del equipo que necesita una película.
  3. Conocimientos sobre guion y escritura creativa para poder defender de forma efectiva sus puntos de vista ante los guionistas, explicarles bien qué quiere, qué espera de ellos, darles notas con sentido a las diferentes versiones que vayan escribiendo y ser capaz, en definitiva, de llevar el proyecto hacia donde él cree que está el éxito según su análisis del mercado.
  4. Conocimientos sólidos en finanzas y derecho para gestionar presupuestos, planes de financiación, ayudas y contratos de todo tipo de manera efectiva dentro del marco legal que regula la industria audiovisual actualmente.
  5. Conocimientos técnicos básicos sobre lenguaje audiovisual, tecnología y equipos de rodaje, procesos de rodaje y de postproducción, marketing… No hace falta ser un experto en todo, para eso está cada jefe de departamento. Pero si comprender la esencia de cada proceso para poder evaluar y comprender las múltiples peticiones que recibirá a diario a lo largo de la producción.
  6. Habilidades de negociación para poder cerrar acuerdos beneficiosos tanto con el talentos creativo (y sus representantes) como con los potenciales socios (pe. coproductores), financiadores (distribuidores, cadenas de televisión, plataformas…) y proveedores.
  7. Capacidad de organización para planificar y coordinar múltiples aspectos de la producción de manera eficiente. Habilidad también para priorizar tareas y gestionar el tiempo de manera correcta para cumplir con los tiempos y los objetivos propuestos (o impuestos por los financiadores).
  8. Liderazgo para guiar y motivar a un equipo, inspirando confianza y colaboración. Seguridad en la toma de decisiones para tomar decisiones rápidas y efectivas, incluso en situaciones de presión. Pero al mismo tiempo empatía para comprender las necesidades y preocupaciones de todos los miembros del equipo.
  9. Pensamiento estratégico para pensar a largo plazo y tomar decisiones estrategias para el éxito final del proyecto. Flexibilidad para estar abierto a nuevas ideas y ajustes creativos durante el proceso de producción. Y al mismo tiempo resiliencia para adaptarse y encontrar soluciones a cambios inesperados y así resolver problemas de manera creativa.
  10. Habilidades de comunicación para dar instrucciones claras a todos los miembros del equipo. Pero también diplomacia para manejar conflictos y desafíos de manera tranquila y constructiva.
  11. Don de gentes para establecer y mantener una red de contactos solida con todo tipo de profesionales a lo largo de toda la cadena de valor de la industria cinematográfica. Talento creativo, técnicos, proveedores, posibles socios, financiadores, representantes de la administración…
  12. Integridad para actuar con honestidad y ética en todas las situaciones a las que se tenga que enfrentar.

Y por supuesto, por encima de todo, una profunda pasión por el cine. Un amor genuino por el cine, una comprensión profunda de la industria, un concepto claro de qué tipo de cine quiere hacer y un deseo importante por intentar mejorar un poquito el mundo a través del mensaje que lancen las historias que produzca.

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